sábado, 9 de agosto de 2014

Los extraños horarios españoles

Como casi todas las culturas actuales, la sociedad española se parece cada vez más a las del resto de Europa. Sin embargo hay algunos detalles que nos diferencian. Uno, muy llamativo, los horarios de comidas. En España se desayuna temprano, a la misma hora que en otros países, pero, para desesperación de los hambrientos turistas, el almuerzo no se hace hasta las 14:30 y la cena siempre tiene lugar después de las 21:00.
Europa come sobre las 13:00, y es raro cenar después de las ocho de tarde. Independientemente de la cultura o el clima, todo el mundo, desde nuestros vecinos los portugueses, hasta en la lejana Nueva Zelanda, parecen tener un ritmo diferente a los españoles. Pero todo esto quedaría en mera anécdota si no fuera porque se ha relacionado con problemas en el aprovechamiento del tiempo.

“Somos de los países europeos que más tarde se acuesta y que menos tiempo dedica a dormir. Parece como si estuviéramos ganando un récord de resistencia vital” explica Inés Alberdi, socióloga de la Universidad Complutense de Madrid. El retraso de la hora de irse a la cama provoca que el tiempo que los españoles dedican de media al sueño no llegue a las ocho horas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aparte de quitarnos el sueño, los ritmos españoles ponen muy difícil conciliar la vida laboral y la personal. Mientras en el extranjero les basta con 45 minutos para comer, los españoles parten la jornada laboral y dedican hasta dos horas a una contundente comida. Esto lleva a que, aunque la hora de entrada en la oficina es la misma que en otros países, se sale más tarde y el tiempo para dedicar a la familia, el ocio, y las tareas domésticas se reduce.

Lo curioso es que no son los españoles los diferentes al resto del mundo, sino sus relojes. En el momento en que el Sol está más alto en el cielo, es decir, a las 12 del mediodía según la hora solar, los relojes españoles marcan las 13:30.
Según el astro rey, en España comemos entre la una y las dos solares y cenamos a las 20.30, unos horarios que no difieren tanto con los del extranjero. Es decir, las costumbres alimentarias en España se rigen por el Sol, aunque los relojes oficiales parecen empeñarse en ir a lo suyo.
La causa de este desfase horario se remonta a los años de la dictadura, cuando Franco adelantó sesenta minutos los relojes patrios para estar en sintonía con la hora que Alemania había impuesto en todos los territorios ocupados (GMT+1:00). Hasta ese momento, los españoles habían vivido acordes con el horario del meridiano de Greenwich.
Es decir, hasta 1942, los relojes españoles marcaban una hora menos que la actual (GMT+0:00), la misma que tienen hoy Inglaterra, Portugal y las Islas Canarias y la que a España le corresponde por su situación geográfica, ya que el meridiano de Greenwich pasa por Castellón y deja prácticamente toda la península al oeste.
En Cádiz, por ejemplo, nos encontramos 6º al oeste del meridiano de Greenwich. Esto es, durante el invierno vivimos con más de una hora de diferencia con respecto al Sol. Esta incoherencia se intensifica aún más al adoptar el horario de verano. En esta época, cuando en toda Europa los relojes se adelantan una hora, pasamos a estar más de dos horas por delante del Sol.

http://www.agenciasinc.es/Reportajes/Por-que-en-Espana-comemos-a-las-tres
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