jueves, 4 de diciembre de 2014

La invención de las narices judías

En 1940 los nazis estrenaron una película de propaganda llamada El Judío Eterno. La película pretendía mostrar a los judíos en su "estado original", "antes de ponerse la máscara de europeos civilizados."  Por encima de todo, los realizadores se centraron en los rostros judíos, ojos, narices, barbas y bocas, confiando en que la visión de ciertas características estereotipadas despertarían respuestas de odio y desprecio.
Der Ewige Jude                                                 Cartel de la película
El diseñador del cartel de la película, de hecho, se centró en el rostro, evitando símbolos más obvios de la identidad judía. Posiblemente, en ese momento, el cartel no necesitara del título de la obra. En la Europa de 1940, esta representación de lo judío estaba muy generalizada: representaciones similares de judíos se podían ver en carteles, folletos, periódicos, libros de texto y cuentos para niños.
Jesús ante Pilatos (Juan 19: 5), Egbert Codex, alrededor del año 985
Esta imagen del judío, sin embargo, estaba lejos de ser "eterna". Aunque el antisemitismo es notoriamente "el odio más antiguo," hasta el año 1000 de nuestra era, no había prototipos fácilmente distinguibles del judío en el imaginario occidental y mucho menos el modelo estereotipado de nariz aguileña. 
Monumentos y manuscritos anteriores representaban profetas hebreos, ejércitos de Israel y reyes judaicos que eran identificables sólo por el contexto, en ningún caso identificables como diferentes a otros sabios, soldados o reyes. Incluso los personajes judíos nefastos, como los sacerdotes que instaron a Pilatos a crucificar a Cristo en el Egbert Codex (980), eran visualmente irreconocibles como miembros de un pueblo en particular.

Sin embargo, el aspecto de los judíos en el arte occidental cambiaría con el tiempo. En 1267, dos concilios de la iglesia ordenaron que los judíos debían ser representados con "sombreros puntiagudos", como sus antepasados ​​solían hacer (¿?)." 
Miniatura del Diálogo contra judíos
de 
Pedro Alfonso
Las manifestaciones de la fe cristianas cambiaron al final de la Edad Media y con ellas también se modificó la postura ante el pueblo judío. Cada vez en más lugares, a los judíos se les obligaba a señalar su condición como tales. Por ejemplo, en la Castilla de 1412 se ordena que los judíos se dejen barba y lleven un distintivo rojo cosido a la ropa para poder ser reconocidos

En el siglo XIV se termina el periodo de «tolerancia» hacia los judíos, pasándose a una fase de conflictos crecientes. Según Joseph Pérez, «lo que cambia no son las mentalidades, son las circunstancias. Los buenos tiempos de la España de las tres religiones había coincidido con una fase de expansión territorial, demográfica y económica; judíos y cristianos no competían en el mercado de trabajo: tanto unos como otros contribuían a la prosperidad general y compartían sus beneficios. El antijudaísmo militante de la Iglesia y de los frailes apenas hallaba eco. Los cambios sociales, económicos y políticos del siglo XIV, las guerras y las catástrofes naturales que preceden y siguen a la Peste Negra crean una situación nueva. La gente se cree víctima de una maldición, castigada por pecados que habría cometido. El clero invita a los fieles a arrepentirse, a cambiar de conducta y regresar a Dios. Es entonces cuando la presencia del «pueblo deicida» entre los cristianos se considera escandalosa»

La creciente virulencia del antijudaísmo doctrinal de la Iglesia alimentó y justificó los estereotipos antijudíos surgidos en los ámbitos populares. Por medio de las predicaciones de las ordenes mendicantes se difundió la imagen del «judío como ser abyecto y miserable, personificación de toda clase de vicios y maldades». Es en este contexto en el que surgen una serie de leyendas y mitos antijudíos que tendrán una larga pervivencia y que justificarán la violencia antijudía.
Nace entonces un estereotipo del judío según el cual los judíos eran sucios, olían mal, eran malvados y cómplices de los criminales, cobardes, avaros, taimados y maestros del engaño.

Perez, Joseph: Los judíos en España. Marcial Pons, Madrid, 2005. ISBN: 9788496467033
http://es.wikipedia.org/wiki/Judensau
http://www.nybooks.com/blogs/gallery/2014/nov/14/invention-jewish-nose/

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