viernes, 6 de febrero de 2015

La educación y el delegado de Primo

El gobierno primorriverista es un intento, quizás el más serio, de llevar a la práctica un programa regeneracionista en el contexto de la revolución «desde arriba».
En estas coordenadas se piensa en la posibilidad de una reforma global de la educación que aleje el clasismo de la enseñanza, suprima el monopolio clerical e incorpore las nuevas corrientes pedagógicas a una realidad escolar anquilosada. Sin embargo, el capitalismo de Estado primorriverista da paso a una política expansiva —fundamentalmente enmarcada en el Ministerio de Fomento— que, apoyada en la ola de prosperidad que invade España en los «años veinte», se traduce, en lo educativo, en un ligero aumento cuantitativo del sistema escolar, sin mejora alguna de la calidad de la educación impartida.
El Dictador, que no puede defraudar a los grupos que le han ofrecido su apoyo para alzarse con el poder, convierte la educación en un vehículo ideologizador del régimen, donde la religión y el patriotismo —valores esenciales de la España ansiada por su gobierno— son los parámetros conductores de la actividad escolar.
El Magisterio, que venía sufriendo maltrato en este país desde el inicio de los tiempos, va a ser olvidado por la Dictadura, que dedica sus esfuerzos a la segunda enseñanza —feudo conservador por excelencia— y, en los últimos años de su mandato, a las revueltas universitarias. Su política apenas va a dar solución a la extensa problemática que el maestro tiene planteada.
En estos años se nombraron unos delegados gubernativos que, entre otras cosas, debían controlar y vigilar las escuelas para comprobar si los maestros cumplían con los deberes de su profesión.
En Orense se quejaron de que el delegado había encomendado a la Guardia Civil el visitar las escuelas y que, para mayor inri, imponía a los maestros usar un librito que había editado con el título de Consejos a los niños para que sean buenos. De cómo sería aquel libro basta copiar esta sentencia:

El niño bueno procura
no jugar con la basura.
Debes ser muy aplicado,
pues lo manda el delegado.

Fuentes:
http://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/79424/1/El_magisterio_primario_en_la_dictadura_d.pdf
Fisas, Carlos: Historias de la Historia. Planeta, Barcelona, 1989
http://www.andalucesdiario.es/politica/fulgor-y-muerte-de-un-maestro-andaluz/

No hay comentarios: