viernes, 25 de diciembre de 2015

Lloyd George. El burgués que (también) admiró a Hitler

El político inglés Lloyd George, que fue primer ministro durante la primera guerra mundial, era un hombre de gran ingenio. Un día, durante un mitin en el País de Gales, una señora de ideas contrarias a las suyas le gritó:
—¡Si fuese usted mi marido no tendría inconveniente en darle veneno!
Lloyd George replicó:
—Si fuese usted mi mujer, lo tomaría con mucho gusto.

De Lloyd George se cuenta también que en una ocasión, durante un mitin electoral alguien le tiró una herradura. Él dijo:
—El que haya perdido un zapato puede pasar a recogerlo. 
En otra ocasión fue una col lo que le arrojaron mientras hablaba, él la recogió diciendo:
—Mi adversario ha perdido la cabeza.

Además, Lloyd George tenía una gran capacidad para definir con una frase lo mismo a sus colaboradores que a sus adversarios. De Churchill decía por ejemplo:
—Sería capaz de hacer un tambor con la piel de su madre sólo para llenar el aire de sus propias alabanzas. 
 Cuando, en 1933, Lloyd George estaba ya retirado y se dedicaba a escribir sus Memorias, fue entrevistado por un periodista que le preguntó:
—¿Cree usted en una próxima guerra?
Lloyd George contestó escuetamente:
—No.

Al terminar la entrevista, el periodista se marchó satisfecho por haber podido encontrar un buen titular que desmintiera la posibilidad de una guerra, poniéndolo en boca de tan importante personaje. cuando ya salía por la puerta, Lloyd George le dijo antes de despedirse:
—Le advierto que tampoco creía en ella en 1914.
Seis años después comenzó la Segunda Guerra Mundial.

Como muchos otros políticos burgueses de su época, cuando Hitler ascendió al poder, George simpatizó con él, llamándole «el más grande alemán vivo», visitándole en el otoño de 1936 y elogiando sus obras públicas. Poco después cambió de postura y, tras estallar la Segunda Guerra Mundial, en mayo de 1940 un discurso suyo en la Cámara minó la posición de Neville Chamberlain y facilitó el ascenso de Churchill.

Fuentes:
Carandell, Luis: Las anécdotas de la política. Planeta, Barcelona, 1999

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Mecenas

Cayo Cilnio Mecenas nació el año 67 a.C. y murió el 8 d.C. Amigo de Octavio Augusto, fue su confidente y consejero. Era hombre de vasta cultura y erudición, que supo ser guerrero cuando fue obligado por las circunstancias, acompañando al futuro emperador en varios combates. Al regresar a Roma, Mecenas ayudó al César a administrar justicia y dirigir el Imperio. Hombre rico, no quiso nunca figurar en política, de la que se mantenía cuidadosamente apartado. Era el amigo de su amigo, no el cortesano del emperador. 
Un día, Augusto presidía el tribunal y daba signos evidentes de irritación y de ganas de condenar al reo. Mecenas, que estaba entre el público, le hizo enviar una tablilla en la que había escrito: Surge, carnifex (Levántate, verdugo).
Estas pocas palabras bastaron para avergonzar al emperador, que suspendió la sesión hasta el día siguiente en que, calmado, pronunció la sentencia absolutoria que procedía. 
Hasta el año 23 a. C., Mecenas fue, junto con Agripa, el más cercano colaborador de Augusto en las tareas de gobierno y su suplente en varias de sus ausencias de Roma. En los últimos años, su relación con el futuro emperador se fue enfriando, probablemente debido a un escarceo amoroso que Augusto tuvo con su esposa Terencia. No obstante, cuando Mecenas murió, señaló a Augusto como su único heredero.
La esposa de Mecenas, Terencia, era hermosa y buena, pero él, gran mujeriego, se peleaba continuamente con ella. Se divorció y volvió a casarse con Terencia una veintena de veces, lo que hacía decir a Horacio:
—No se puede vivir con ella ni sin ella.
Mecenas era un gran vividor, amante de los placeres y la tranquilidad. Decía:
—Me da igual quedarme impotente, ser lisiado, gotoso, cojo o manco; lo que me importa es vivir.
Y a Augusto le aconsejó:
—No abuses de tu poder. Cuanto mayor es el poder más límites deben imponérsele.
Las ocupaciones políticas, sin embargo, nunca absorbieron totalmente a Mecenas. Muy al contrario, el influyente ministro de Augusto era conocido entre sus contemporáneos por su tren de vida derrochador y su afición ilimitada por los placeres y los refinamientos. De hecho, muchos consideraban estos gustos como un signo de molicie y afeminamiento, diciendo que podía «superar a una mujer en su dedicación a la indolencia y el lujo». Por esta razón, el propio Octavio se burló de él en una carta transmitida por Macrobio, en la que lo llamaba «diamante del Adriático, perla del Tíber, esmeralda de Cilnia, jaspe de Iguvium, berilo de Persenna, granate de Italia», haciendo alusión asimismo al gusto de Mecenas por las piedras preciosas.
Amante de las cosas bellas, protegió a Virgilio, que le dedicó sus Geórgicas, y a Horacio, que hizo otro tanto con varias de sus obras. Para atraer a todos estos poetas, Mecenas organizaba irresistibles banquetes y orgías, y les ofrecía influencia, dinero y favores. Por esa protección a los dos grandes poetas latinos, su nombre propio mereció ser elevado a común. 

Fisas, Carlos: Historias de la Historia. Planeta, Barcelona, 1989
https://latunicadeneso.wordpress.com/2014/07/15/mecenas-el-amigo-de-augusto-y-de-los-poetas/
http://es.wikipedia.org/wiki/Cayo_Cilnio_Mecenas

martes, 15 de diciembre de 2015

El cerebro, nuestra caja de herramientas

Investigadores del Dartmouth Collegue (Estados Unidos) revisan esta semana en la revista Trends in Cognitive Sciences de Cell Press las últimas publicaciones de neurociencia social, y argumentan que nuestra capacidad para responder a los retos de una cultura que cambia rápidamente proceden de la capacidad de nuestros cerebros para reutilizar de forma flexible sus recursos neuronales desarrollados a lo largo de la evolución.
"Esta reutilización nos permite hacer mucho con muy poco", destaca la coautora del trabajo, Thalia Wheatley, que añade: "Nuestros cerebros tienen maleabilidad para crear nuevas combinaciones a partir de cálculos preexistentes y realizar esas computaciones con rapidez y flexibilidad en nuevos contextos".
La capacidad espacial que adquirió el cerebro en su evolución la usamos hoy para saber lo ‘cercana’ que resulta otra persona. Del mismo modo, la maquinaria neuronal que se creó para procesar rostros y objetos se ha reutilizado para leer, y nuestras antiguas vivencias en pequeños grupos de cazadores-recolectores todavía se manifiestan cuando personificamos en alguien problemas universales como el hambre o la pobreza.
La doctora Wheatley, del departamento de Ciencias Psicológicas y del Cerebro del Dartmouth Collegue, describe tres tipos de reutilización que puede efectuar el cerebro. Cada uno sucede en tres escalas de tiempo diferentes.
El primero - la reutilización evolutiva - se muestra en todos los animales, y revela cómo la evolución "utiliza lo que está en la habitación" para resolver un nuevo problema. Esto ocurre lentamente, a lo largo de las vidas, mediante la selección natural. Por ejemplo, nuestro cerebro ha desarrollado la capacidad de la representación espacial del medio que lo rodea, y en la sociedad moderna se ha reutilizado y aplicado al concepto de lo ‘cercana’ o ‘próxima’ que está una persona a nosotros, dentro de un entorno social.
Las otras dos formas de reciclaje que se encuentran en los seres humanos dependen de las capacidades cognitivas sociales. Por una parte está la reutilización cultural, referida al proceso por el cual las invenciones culturales -como la lectura, la música y los sistemas de creencias- se adquieren en la vida por circuitos cerebrales preexistentes de elección entre opciones. "Por ejemplo, no evolucionamos directamente a leer. En su lugar, cada vez más investigaciones sugieren que leemos por la reutilización de la maquinaria neural que en principio evolucionó para procesar los rostros y los objetos", explica Parkinson.
Finalmente, la denominada reutilización instrumental sucede sobre la marcha, no sólo dentro de una vida. Es la forma en que intencionalmente y creativamente pulsamos nuestros antiguos botones evolutivos para influir los comportamientos propios y ajenos. Por ejemplo, la forma más eficaz para concienciar y solicitar ayuda para problemas globales -como el hambre, la pobreza y la enfermedad-, no es un análisis racional de los hechos, sino personificar en alguna ‘víctima’ concreta claramente identificada con el problema.
Los investigadores sugieren que esto se debe a que nuestro comportamiento social se puso a punto en pequeñas grupos familiares de cazadores-recolectores, que vivieron estrechamente juntos, en lugar de en grandes sociedades anónimas globalmente interconectadas como la actual. Esta información resulta de interés en las campañas de donación de las ONG y para hacer frente a la indiferencia de la gente en temas como el calentamiento global.
“Entender lo que está en nuestra caja de herramientas cognitivas es un primer paso para comprender cómo podemos utilizarla más eficazmente ante los problemas modernos que nuestros cerebros todavía no han conseguido resolver", concluye Wheatley.

Imágenes y fuentes:
http://www.agenciasinc.es/Noticias/El-cerebro-recicla-habilidades-ancestrales-para-afrontar-nuevos-retos
http://ineedaguide.blogspot.com.es/2015/04/tais-sirole.html
https://www.lensculture.com/articles/thierry-konarzewski-enosim-wasted-souls#slide-21
http://www.fubiz.net/2015/12/07/tiny-famous-van-gogh-paintings-on-matchboxes/

domingo, 13 de diciembre de 2015

El planeta Clarión y la disonancia cognitiva

El 21 de diciembre de 1954 estaba previsto el fin del mundo, según el vaticinio de Marian Keech, líder de una pequeña secta ubicada en los Estados Unidos, que recibió esta información de unos seres procedentes del planeta Clarion. 
En el día previsto, una gran inundación acabaría con el mundo pero los miembros del grupo de Keech serían salvados por una flota de platillos volantes que los rescataría y los trasladaría a ese planeta. Durante el día 20 de diciembre los adeptos se dedicaron a preparar el viaje, siguiendo las precisas instrucciones que llegaban desde Clarion a través de Keech. 
Pero en la madrugada del 21, la líder del grupo transmitió un mensaje recibido desde Clarion: Dios se había apiadado del mundo gracias a la enorme fe del pequeño grupo de elegidos y, por ello, se suspendía la inundación global. Algunos adeptos se sintieron engañados y abandonaron el grupo pero la mayoría permaneció fiel a sus creencias y aceptó con buena disposición la explicación recibida. 
Entre los miembros de la secta, había tres infiltrados: Leon Festinger, Stanley Schachter y Henry Riecken, investigadores psicosociales que querían estudiar cómo reaccionarían los miembros del grupo después de que fallara el vaticinio.
El grupo, que hasta entonces no había hecho mucho proselitismo, incrementó esta conducta de manera muy significativa: intentaron captar nuevos adeptos, trasmitir sus ideas a los periódicos…
El equipo de Festinger concluyó que una forma de justificar su comportamiento y los sacrificios y compromisos que públicamente habían realizado era reafirmarse en sus creencias y tratar de convencer a los demás de que estaban en la verdad. Estaba operando la necesidad de coherencia.
Fritz Heider, en su teoría del equilibrio, se interesa por la coherencia entre las actitudes y las relaciones que una persona mantiene. El equilibrio ocurrirá cuando dos personas sienten simpatía mutua y mantienen actitudes similares hacia cuestiones relevantes.
Si se está en desacuerdo con alguien a quien se aprecia, se producirá un estado adverso que inducirá a cambiar la propia actitud, a intentar cambiar la actitud del otro o a cambiar la actitud hacia el otro.

El concepto de disonancia cognitiva, en psicología, hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones (cogniciones) que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias. Es decir, el término se refiere a la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones simultáneas, todo lo cual puede impactar sobre sus actitudes.
Fue formulado por primera vez en 1957 por el psicólogo estadounidense Leon Festinger en su obra A theory of cognitive dissonance. La teoría de Festinger plantea que al producirse esa incongruencia o disonancia de manera muy apreciable, la persona se ve automáticamente motivada para esforzarse en generar ideas y creencias nuevas para reducir la tensión hasta conseguir que el conjunto de sus ideas y actitudes encajen entre sí, constituyendo una cierta coherencia interna. La manera en que se produce la reducción de la disonancia puede tomar distintos caminos o formas. Una muy notable es un cambio de actitud o de ideas ante la realidad.
Gracias a Juan Carlos Luque.
Fuentes:
https://raonss.files.wordpress.com/2014/12/disonci.pdf
http://papelenblanco.net/2014/05/07/profecias-fallidas-disonancia-cognitiva-y-proselitismo-religioso-1/

sábado, 12 de diciembre de 2015

Las momias de Aseki

Tendemos a asociar las momias con el antiguo Egipto pero una gran cantidad de culturas en todo el mundo practica o ha practicado la momificación.
La tribu Anga de la región Aseki de Papúa Nueva Guinea es una de ellas. Sus momias no están envueltas en vendas ni se colocan en tumbas. Se dejan a la intemperie, en lo alto de un acantilado, a menudo con vistas al pueblo donde una vez vivieron.
Uno de los procesos más delicados de la momificación es la eliminación de la humedad de los cuerpos, porque el agua potencia la descomposición. Los antiguos egipcios lo lograron cubriendo los cuerpos muertos con sal y una mezcla de especias que tenían grandes propiedades de secado. La tribu Anga emplea una técnica más directa: se calientan los cuerpos muertos sobre un fuego.

La mayor parte de lo que se conoce acerca de las momias se basa en los cuentos exagerados de un solo explorador británico llamado Charles Higginson, que fue la primera persona en escribir un informe sobre los cadáveres ahumados en 1907.  Higginson describió  al pueblo Anga como salvajes sedientos de sangre que se bañaban en las entrañas de su propia familia durante el proceso de ahumado. "Pero si eso era así", razona Ian Lloyd Neubauer, que viajó a esta parte de Papúa Nueva Guinea y habló con la gente de allí "¿por qué no se comieron a Higginson, una persona solitaria e indefensa en medio de la nada y rodeada por ellos? ".

Después de que el cuerpo fuese ahumado y secado, se cubría con ocre, una forma arcillosa de óxido de hierro, para proteger los restos de los carroñeros y de los elementos. Incluso en las condiciones sofocantes de Papúa Nueva Guinea, que normalmente aceleran la descomposición de los cadáveres, el proceso funcionaba notablemente bien.

La momificación llegó a su fin en 1949, cuando los misioneros se asentaron de forma definitiva en Aseki.


jueves, 10 de diciembre de 2015

La aparición de los seres humanos y las extinciones

A partir de su aparición en África, hace algo más de 100.000 años, los Homo sapiens se lanzaron a la colonización del planeta con un éxito sin precedentes. Junto a su tecnología o a los vestigios de su cultura, los humanos dejaron tras de sí un rastro distintivo de la especie. Hace unos 11.000 años, la llegada de los sapiens a Norteamérica coincide con la desaparición de los mamuts, lo mismo que había sucedido 20.000 años antes con los canguros gigantes cuando nuestros antepasados comenzaron a poblar Australia. En las islas Baleares, la cabra Myotragus balearicus había sobrevivido a todo tipo de visicitudes durante millones de años hasta que hace 5.000 llegaron los humanos, y la pauta se repite en otra isla del Mediterráneo, Chipre, donde había hipopótamos y elefantes enanos hasta hace 11.000 años, fecha de aparición de los sapiens.

La cabra 'Myotragus balearicus' sobrevivió millones de años hasta la llegada de los humanos a las Baleares. “No niego que pueda haber una influencia del clima, pero la intervención humana es un factor decisivo en muchos casos”, apunta Jesús Rodríguez, investigador en paleoecología del CENIEH (Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana), en Burgos. “Lo más probable es que sea una concatenación de ambos”, añade. Según el científico, si las extinciones de grandes animales hubiesen sido provocadas por cambios globales en el medio se habrían producido en la misma fecha y hay muchas oleadas de extinción que coinciden con la llegada de los humanos.

“Las especies que hemos visto extinguirse con la llegada de los humanos existían desde hacía cientos de miles de años y habían sobrevivido a muchos cambios climáticos fuertes”, afirma Jan Van der Made, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC en Madrid. Sin embargo, “de golpe y en poco tiempo empiezan a extinguirse sin que otros animales entren a ocupar su lugar”, continúa. “Es posible que haya un rinoceronte, por ejemplo, que desaparezca y sea sustituido por un competidor, pero en este caso no viene nada, y eso ha de tener alguna explicación”.

Varias especies de homínidos, algunos con una inteligencia notable, habían poblado el mundo desde hacía cientos de miles de años, pero no se observa el mismo impacto con la llegada de los Homo erectus o incluso los neandertales. La especie que iba a desarrollar el arte y a la postre la civilización, resultó ser más letal que ninguno de sus ancestros. “Probablemente, aquellas especies no eran tan eficaces cazando, y también es probable que viviesen en menores densidades de población”, sugiere Van der Made.

Fuentes:
http://elpais.com/elpais/2015/12/11/ciencia/1449864956_562786.html?rel=cx_articulo#cxrecs_s
http://www.sciencedaily.com/releases/2015/10/151029102244.htm
http://m.phys.org/news/2015-10-human-role-extinction-mammoths-mammals.html
http://www.batanga.com/curiosidades/9177/segun-los-cientificos-la-extincion-masiva-de-los-mamuts-se-debio-a-un-repentino-calentamiento-g
https://ca.wikipedia.org/wiki/Myotragus_balearicus
http://palaeos-blog.blogspot.com.es/2013/07/sabias-que-hipopotamos-2.html